San Lorenzo por sobre cualquier nombre

La derrota de San Lorenzo anoche en Córdoba dejó mella, de eso no cabe la menor duda. Y no sólo en lo estadístico y pensando en las clasificaciones a las copas internacionales o para reforzar un magro colchón de puntos, también se resquebrajó algo en el vestuario. La decisión del entrenador Diego Monarriz en el entretiempo de reemplazar a Óscar Romero (de flojo primer tiempo ante Talleres) provocó la reacción de su hermano Ángel quien no se bancó la decisión del DT y le faltó el respeto delante de todo el plantel. Conclusión del asunto: ambos Romero se quedaron en el vestuario, al campo Arias y Gaich.

El resto ya es conocido: Talleres se puso en ventaja, San Lorenzo no supo ni pudo llegar al empate pese a que tuvo un par de chances para conseguirlo. Fue un final electrizante donde el local pasó a jugar con un hombre menos (9 de la T y 10 del Ciclón) y hasta debió improvisar a un jugador de campo -Nahuel Bustos- como arquero. Un desenlace que más allá de la derrota incluyó sendas lesiones de Uvita Fernández y Cachila Arias, respectivamente, además de otros jugadores machucados.
Sin embargo, todas las miradas habían quedado en la anécdota del vestuario, donde además de la reprochable actitud de Ángel Romero dicen que todos los jugadores del plantel se habrían puesto del lado de Monarriz. ¿Cómo seguirá esta historia?

Más allá de sus decisiones como entrenador, dentro y fuera de la cancha, desde este medio expresamos nuestra solidaridad hacia el Sr Diego Monarriz. Al mismo tiempo repudiamos públicamente el accionar de los hermanos Romero y exigimos a San Lorenzo sanciones ejemplificadoras hacia los jugadores. No se puede aceptar, de ninguna manera, lo ocurrido en el vestuario. Porque antes que cualquier jugador está la institución, y eso no se negocia.