San Lorenzo no estuvo a la altura y quedó eliminado de la Copa de la Liga

El Ciclón ejecutó la primer jugada como suele hacerlo, con un pase atrás y zapatazo cruzado del primer marcador central. El rival la descifró y a los siete segundos de partido, los de Dabove ya habían perdido la pelota. Eso fue muestra del desarrollo de gran parte del primer tiempo, con un local dominando y un cuervo al que le costó horrores hacer pie en el partido.

La mayoría de los ataques vinieron por el lateral de Andrés Herrera, de floja tarea en la tarde de Avellaneda. La Academia copó el mediocampo y siempre intentó presionar con intensidad cualquier tenencia de San Lorenzo. El gol llegó a los 16 minutos, con un centro de Eugenio Mena y un cabezazo de Tomás Chancalay.

En el complemento, el autor del primero demoró tan solo unos pocos segundos en firmar su doblete ante una defensa absolutamente pasiva y desconcentrada. El partido se hizo aún más cuesta arriba, y hasta el equipo de Dabove tuvo posibilidades de marcar el tanto que le permitiera clasificar por la diferencia de gol. A medida que se acercaba el final, el Ciclón convirtió la apatía en desesperación y avasalló a un Racing que cuidó el resultado.

El local hizo el partido que tenía que hacer y San Lorenzo no jugó este encuentro como lo tenía que disputar. Era una final, en Avellaneda lo entendieron pero se ve que en Boedo importó de poco y nada. El equipo volvió a mostrar la apatía y falta de voluntad que supo exponer en las derrotas de esta Copa de la Liga, con los cotejos ante Central Córdoba y Aldosivi como ejemplos más salientes.

El próximo partido será por la Copa Sudamericana, esa que se miró de reojo para aguantar el papelón hasta el final en el plano local. Será ante Rosario Central el miércoles por la noche para, en caso de ganar, alargar la agonía al menos una semana más, porque ni al más optimista de los hinchas de San Lorenzo le transmite algo este plantel.