Legado azulgrana: Del tablón al corazón

El fútbol es mucho más que un juego, es mucho más que 11 personas vestidas con la misma camiseta que patean hacia el mismo sector y defienden el mismo arco. La procesión de ir a la cancha con la misma ropa, ubicarte en el mismo sector del estadio para esperar a “tus amigos” de cancha y que los sentís como hermanos o como si los conocieras de toda la vida con cada abrazo por un grito de gol y eso se traslada de generación en generación y en este caso, en San Lorenzo Primero queremos homenajear a los padres en su día con 3 historias de hinchas de San Lorenzo que han perdido a sus papás en los últimos años y que el ciclón los acompañó toda su vida:

Gastón Rodríguez perdió a su papá Ubaldo en 2018 y se hizo viral su historia cuando contó en Twitter (@gastondrm) que el partido entre Vélez y San Lorenzo en noviembre de ese año en Liniers sería el último que vería junto a su padre, quien ya se encontraba en una situación terminal.

Hoy va a ser el último partido de San Lorenzo que vea junto a mi viejo.

Estamos en el hospital y entre sus dolores y la morfina no creo que lo pueda ver mucho tiempo ni que le interese el resultado, pero el partido lo voy a poner igual.

Te voy a extrañar muchísimo, Viejo.

— Gastón (@gastondrm) November 12, 2018

A tal punto llegó aquella situación familiar de Gastón, que hinchas de otros equipos se vieron conmovidos por su historia y le mandaron fuerza en ese momento y hasta Sebastián Torrico y Matías Lammens hablaron con él, en nombre del equipo y el club.

El propio Gastón al ser contactado por este medio para recordar su historia, decidió escribir una historia inédita de lo que significó para él, que vive en España, volar hacia Argentina solamente por 48hs para ver la final entre San Lorenzo y Nacional por la Copa Libertadores el 13 de agosto de 2014 y volver a Europa: “El lunes a las 22hs salí de trabajar y tenía el vuelo a las 00hs. Llegué el martes. El miércoles celebré junto a mi padre gracias al penal de Ortigoza. La alegría de ver a San Lorenzo campeón junto a mi viejo no me voy a olvidar en la vida“.

Lucía Santamaría perdió a su padre en 2014, en el año que San Lorenzo conquistó América y en el 2018 escribió una carta en modo de catarsis, ya que llevaba un tiempo queriendo escribir un cuento “que explique, cómo fue que eso pasó, cómo fue posible que habiendo tantos años, tantas copas, tantas posibilidades (bueno, eso no) justo ganamos la Copa Libertadores ese año, el año en el que mi papá se murió”, según ella misma lo cuenta. “Soy de San Lorenzo, así que pararme en este lugar implica muchas cosas, incluso pensar que el futbol nunca es solo fútbol, sino algo más complejo que va atravesando tu vida, tu historia, tu familia y con eso, todos los momentos que te determinan. San Lorenzo siempre fue un lugar de pertenencia, generador de una secuencia de imágenes que arrastro desde mi infancia y también de anécdotas que le pertenecen a mi papá”, sigue Lucía, quien recuerda que en el año 1998, con 9 años, fue la primera vez que fue al Nuevo Gasómetro junto a su viejo, con quien lo vio campeón en el 2001 con el Ingeniero Pellegrini a la cabeza. Más de una década después, la tapada de Torrico sobre Allione generó un abrazo entrañable entre los dos en el pasillo de la casa familiar y pocos meses después, “Pepe” dejaría este mundo, viendo solo aquella derrota ante Botafogo en el inicio de la Copa 2014. No estuvo (físicamente, claro) con Lucía en la clasificación con el gol agónico de Piatti, pero ella lo sintió al lado en ese Nuevo Gasómetro que estallaba de alegría. Y años después, lo recuerda en la final: “Lo busqué cuando cerré los ojos y Ortigoza pateó el penal. Un poco porque necesitaba de esa complicidad, otro poco porque no me animaba a mirar el arco. Me acuerdo de abrir los ojos en medio de tantos abrazos, darme cuenta de que la pelota había entrado y pensar que solo quedaba aguantar, como siempre. Y se dio. Ganamos la copa, y digo ganamos porque estoy segura de que él también estuvo ahí, apretando el puño desde algún lugar y llorando sin entender nada como nosotros“.

Y si en estas 2 historias, como habrá miles más, San Lorenzo las atraviesa por completo con el mandato azulgrana a flor de piel y el recuerdo constante de su papá al hablar del ciclón, Lucía Bodo perdió a su padre Juan Carlos luego de la semifinal de Copa Libertadores ante Bolivar luego de descomponerse en el medio del partido en la Platea Sur del Pedro Bidegain luego del tercer gol del equipo de Bauza en aquella noche, el del Pichi Mercier, en la que el equipo goleó 5-0.

“Mi papa no me solía abrazar seguido, sin embargo, bajo las luces del Nuevo Gasómetro en cada gol lo tenía rodeándome en sus brazos. Mi viejo no lloraba nunca, aunque últimamente con sus problemas de salud, más de una vez lo vimos lagrimear. Sin embargo, no sentía vergüenza de hacer pucheros y dejar caer las lágrimas ante un resultado agónico, una clasificación épica o un éxito social como el día en que volvimos a Boedo. Él era quien quería ser ahí, solo ahí, en la butaca 20 de la fila 7 del sector preferencial en la platea Sur. Y yo, su hija del medio, fui la única testigo de eso por años”, comienza su carta Lucía. Y mientras daba detalles del momento en el que Juan Carlos se descompensaba (“siempre me decía que me quede sentada pero esa vez me dijo que iba al baño y lo seguí por cosas del destino”) e iba en la ambulancia hacia el Htal. Piñeiro, no olvida esas miradas cómplices que sostuvieron hasta último momento, ya con San Lorenzo ganando 4-0 (“mejor así”, le dijo a Lucía, cuando ella le comentó de la goleada transitoria). Una hora después, falleció un guardián de la Vuelta a Boedo, un cuervo de ley que murió en los tablones.

Historias tristes, pero que valen la pena conocer en un día como hoy, para mantener vivo el recuerdo, como hacen estos 3 hinchas de San Lorenzo, que con la misma fidelidad de un hijo a un padre y con todo el amor del mundo, muestran con ese lazo inquebrantable familiar, lo que representa el ciclón para ellos, manteniendo la transmisión del sentimiento azulgrana a flor de piel.