Juveniles a la altura de las circunstancias

Para la mayoría de los hinchas de San Lorenzo de Almagro fue un partido más, una simple confrontación de verano. Pero para los juveniles azulgranas que tuvieron la posibilidad de sumar sus primeros minutos en la Primera División fue la final del mundo. La principal virtud que tengo para destacar de la “sangre joven” que se vio en ante el conjunto titular del Rojo, es la personalidad con la que se salieron a jugar Marcos Senesi, Brian Mieres, Rodrigo Tapia, Lautaro Montoya y Gastón Reniero. Y por varios motivos: primero porque el debut se dio ante un grande del fútbol argentino, en segundo plano porque la posibilidad llegó dentro de una formación alternativa -con pocos profesionales- y también porque debieron adaptarse a un concepto táctico innovador, arriesgado y de máxima concentración tal cual lo determinó el entrenador debutante Pablo Guede.

Los talentos formados y surgidos en la cantera azulgrana sortearon estos obstáculos con profesionalismo pese a sus cortas edades. ¡Y a ninguno le pesó la camiseta!. Cuando tuvieron que poner lo hicieron, cuando el desarrollo del partido exigió orden y sentido de ubicación en el campo de juego también cumplieron y cuando hubo que ser criterioso o cuidadoso con la pelota al piso, en líneas generales, mostraron serenidad y precisión. No tuvo una grata jornada el arquero José Devecchi, sólo por cuestiones propias del fútbol ya que como futbolista tiene una enorme proyección. Tras la culminación del cotejo en Mar del Plata, Pablo Guede manifestó ante los medios de prensa síntomas de tranquilidad. Y es lógico; los chicos cumplieron y además metieron presión para formar parte (pero en serio) del nuevo proyecto futbolístico de primera división que se puso en marcha. Entonces, a sacarnos el miedo. A no pensar tanto en las incorporaciones y sí a depositar la confianza en aquellos que la vienen peleando de abajo.