Impensada derrota ante la T

No le salió una a San Lorenzo esta noche. No es excusa ni justificación pero es la realidad. Una realidad que golpea y duele, máxime por las esperanzas depositadas en el equipo y en el -a priori- afortunado fixture que le tocó al equipo en la Zona Campeonato B de la Copa Maradona, única competencia doméstica que la pandemia permitió durante este complejo 2020.

Sin embargo, la apertura de la fase campeonato encontró al Ciclón con las defensas bajas, literalmente. Y no sólo porque su entrenador Mariano Soso debió remendar la última línea debido a una serie de lesiones con el correr de los partidos. Sin Gino Peruzzi, Alejandro Donatti y Bruno Pittón, los ingresos de Víctor Salazar, Ramón Arias y Gabriel Rojas no dieron la seguridad que necesitaba el equipo y eso se pagó demasiado caro.

Apenas iniciado el juego, San Lorenzo tuvo el gol en los pies de Ángel Romero pero Marcos Díaz achicó y salvó a Talleres. Al toque, un pase complicado de Cachila Arias encontró una pifia de Monetti que recibió un delantero de la T que cuando estaba por ingresar al arco el propio arquero azulgrana mandó al córner. Era un partido bizarro por donde se lo mirara. Para colmo, en la siguiente, otra mala cobertura de Arias, el cierre desesperado de Gattoni y de Salazar derivó en un gol contra su propia valla del defensor tucumano que llevó desde Rosario Central. 0-1, volver a empezar en una noche impensada.

Decíamos que San Lorenzo estaba en plena noche de terror, que encima se complicó aún más cuando al comienzo de la segunda parte llegó el segundo gol de Talleres, producto de un tiro libre donde toda la defensa del Ciclón quedó paralizada y casi medio equipo visitante quedó mano a mano con el indefenso Monetti que apenas atinó a reclamar una posición adelantada que no había existido.

Más allá de los cambios que implementó Soso, San Lorenzo no pudo volver al partido, y eso que generó varias situaciones, como aquel remate de Ángel que nadie empujó y pasó por el área chica, y que el mencionado internacional paraguayo tuvo un penal a su favor que engañó al arquero pero que salió desviado por el poste derecho de Díaz.

No fue el encuentro esperado de San Lorenzo, y no descubro nada. No salió una, y esto se debió en parte por los innumerables errores que mostró, muchos de ellos conceptuales, otros de manera infantil. Lo cierto es que lo perjudicaron de forma colectiva y condicionaron una derrota que lejos estuvo de ser revertida. Lo perdió por la presión asfixiante de un Talleres que tuvo una sólida actuación y aprovechó todos los regalos que recibió, obsequios que en el fútbol profesional no se deben otorgar, especialmente si se quiere volver a jugar una copa internacional…