Ganando bajo la lluvia

San Lorenzo y Rosario Central protagonizaron un partido muy chivo y con pronóstico incierto hasta el desenlace. Porque desde la primera mitad y más allá de un comienzo en el que ambos equipos se estudiaron como dos ajedrecistas, con el correr de los minutos empezaron a atreverse un poco más.

Y así fue que el encuentro se transformó en un incesante ida y vuelta en el que ambas escuadras acercaban riesgo hacia el arco rival. Aunque el Ciclón debió esperar al cierre del capítulo para ponerse en ventaja, la realidad indicó que hizo suficiente méritos para conseguirlo. Desde la salida prolija y criteriosa de Néstor Ortigoza, el Ciclón se acostumbró a visitar con frecuencia y regularidad el arco de Diego Rodríguez. Hasta que en la enésima llegada, hubo una grosera mano en el área que el propio capitán azulgrana cambió por gol tras una exquisita ejecución picándosela al “Ruso”. Inmediatamente, Nico Blandi tuvo en sus pies el segundo tanto (cuando el fondo Canalla jugó mal al achique) pero optó por patear al cuerpo del arquero en vez de intentar gambetearlo. Para colmo, en la siguiente llegó un centro atrás que Cerutti no pudo empujar y cuyo rebote recibió Franco Mussis para meter un zapatazo que el travesaño devolvió a centímetros de trasponer la línea.

Con la mínima diferencia en el resultado y en cuanto a lo exhibido en el campo de juego, San Lorenzo se retiraba al descanso con la tranquilidad de haber cumplido con lo planeado pero sabiendo que enfrente tenía un rival de categoría.
En la segunda parte, de arranque nomás Blandi tuvo otra vez el gol en sus pies cuando Ortigoza lo habilitó desde atrás del círculo central. Pero como en la anterior, el delantero se obnubiló y se tropezó dos veces con la misma piedra cuando pateó al bulto y Rodríguez salvó otra caída segura de su valla. No obstante, el grito atragantado de Blandi se demoró segundos más tarde porque luego de córner Matias Caruzzo amagó y definió de zurda para decretar el 2-0 parcial.

Un error en la salida en una zona peligrosa le permitió a Teo Gutiérrez y a Central volver al partido al acercar cifras. Para colmo, el equipo de Aguirre parecía que se había retrasado en demasía, tal vez por el acorralamiento de la visita, quizá por un marcado cansancio producto del partido jugado en Brasil durante la semana. Sea cual fuera el motivo, el triunfo corría riesgos ya que faltaba demasiado para el final del cotejo.
Pero el Ciclón, con el aliento incondicional de su gente, aguantó los trapos y se quedó con un triunfo tan complicado como merecido. Victoria azulgrana que vuelve a prenderse en el campeonato a falta de varias fechas para el desenlace. Reivindicación de un presente que incluye cuatro éxitos consecutivos y la recuperación de algunos jugadores. Se ganó y se festejó, tarea cumplida.