Gana, gusta, golea, pero además te Cauteriza

Desde el inicio, el Ciclón fue protagonista del partido y prácticamente liquidó la historia en la primera parte, consecuencia del mejor jugador de la tarde-noche, Martín Cauteruccio. El uruguayo, autor de los tres goles azulgrana, se las ingenió para crearse sus propios espacios y selló con sus conquistas interesantes movimientos en conjunto. Pero Caute no fue el único que se lució en Viaducto. También fueron partícipes necesarios los inventores del juego: Fernando Belluschi y Sebastián Blanco. Esta dupla incisiva e incansable, se cansó de generar peligro hacia la valla defendida por el pobre Pellegrino, un arquero que sin dudas trabajó a destajo en este cotejo. 

Las estadísticas no mienten: tras la derrota ante Banfield (ida por la Copa Sudamericana), San Lorenzo jugó 10 partidos de los cuales ganó 8 e igualó los 2 restantes. Sigue en carrera en la Copa Sudamericana, en la Copa Argentina y en el torneo local se ubica a dos puntos del líder, Estudiantes, a quien recibe el próximo domingo en el Bidegain. Evidentemente, el método Aguirre (si se me permite y si es que existe), funciona y rinde sus frutos. No sólo por los resultados, inmejorables por cierto, también porque encontró una idea de juego y se erigió en uno de los candidatos de todos. Más allá de que la pobre actuación de la Selección Argentina deja mucho que desear, algunos deslizan que poner a la base de San Lorenzo con la blanquiceleste sería una eventual solución. Chicanas al margen, la realidad que el engranaje de “La Fiera” viene viento en popa. De repente, aquel plantel al que muchos considerábamos entrado en años, encontró la luz que le permitió reponerse de las adversidades y hasta se acostumbró a superar rivales con cierta holgura. 

No nos engañemos, San Lorenzo no es el Barça del “Pep” Guardiola, es apenas el de Diego Aguirre y, con esto, por ahora le alcanza. Aunque la última línea suele enredarse en algún que otro riesgo, Sebastián Torrico suele tener veladas bastante tranquilas. Marcos Angeleri demostró ser el todo-terreno capaz de jugar de lateral pero también de central, en beneficio del equipo. Comparte la zaga con el siempre rendidor Matías Caruzzo, con el recuperado Fabricio Coloccini y con el irregular Emma Mas. En mitad de cancha, el incansable Franco Mussis, un gladiador que renovó ese sector y que se la banca solo ante los que se le vengan. ¿Qué decir de Blanco, Belluschi y Ortigoza que no sepamos, no? Arriba, los arietes Blandi y Cauteruccio hacen enroques de posiciones pero no sólo disimulan ausencias o falta de uñas de guitarrero para innovar, también rinden en altísimo nivel. Cerutti perdió su puesto y se la traga como un duque en búsqueda de la titularidad perdida. Y allí van los demás. El pibe Tomás Conechny debutó hoy con sus 18 abriles y pareció jugando en su Comodoro Rivadavia natal con los amigos del barrio. Si le toca a Tino Costa, se arremanga y va al frente, y así sucesivamente.

San Lorenzo volvió a ganar, y no es noticia. Es una grata costumbre la cual se nos está haciendo moneda corriente. El Ciclón va por todo y Diego Aguirre sabe que no tiene una presión sobre sus espaldas, más bien son tres las que debe sobrellevar. Pero mientras haya combustible, las utopías quedarán cajoneadas. Si hasta Martín Cauteruccio se le anima a cualquier arco, y la mete. Imposible no ilusionarse, gente. Vamos por la triple corona, ¿me siguen?