Barajar y dar de nuevo, todo está en tus manos Almirón

La necesitada salida de Claudio Biaggio auguraba un inmediato borrón y cuenta de un equipo que veía en Diego Monarriz, su entrenador interino, la estación previa al desembarco de Jorge Almirón como sucesor del Pampa. Sin embargo y más allá de que al comienzo del partido con Talleres parecía que se vendría un “renovado” San Lorenzo, la realidad demostró de que era más de lo mismo, a pesar del DT. Como hace casi dos años, el Ciclón careció de un circuito futbolístico aceitado y encima pecó de cometer un montón de errores que (como es habitual) el rival de turno se lo hizo pagar muy caro como cuando Mussis se equivocó el juvenil Gonzalo Maroni encaró en diagonal y la colgó al ángulo ante la estirada de Navarro y el desesperado cierre de Coloccini y Senesi.

Con el 0-1, el equipo lejos estuvo de reaccionar, al contrario. Talleres se agrandó aún más y toqueteó a voluntad y ante un Ciclón que si no se le caía una idea desde el arranque, en desventaja era una utopía. Hubo algún que otro arresto individual, en especial de la mano de Nico Reniero, pero muy escaso para dar vuelta una historia que se había complicado al extremo.

En la segunda parte, Monarriz mandó a la cancha al grandote Adolfo Gaich por el flojísimo Mussis, y desde la primera intervención del delantero cordobés se notó que esa apuesta podría llegar a surtir efecto cuando luego de un buscapiés el balón merodeó el área albiazul. Pero aunque se evidenció un adelantamiento del equipo en el campo, jamás pudo superar en el campo a Talleres, que con orden táctico se las rebuscó para aguantar y salir de contra con bastante frecuencia. San Lorenzo tuvo la chance de al menos llegar a la igualdad pero el ingresado Germán Berterame la mandó por encima del travesaño cuando quedó mano a mano con Herrera. También hubo un centro rasante de Gaich que Reniero no pudo empujar y se frustró quizá la última oportunidad de evitar otra derrota. 

El Ciclón volvió a perder y cerró una semana para el olvido. Al caer está el inicio de la era Almirón, ojalá sea el despegue de tiempos mejores, aunque es algo obvio, peor que este 2018, imposible.