A veces, la vida no es Belluschi...

Otra vez sopa, nuevamente la decepción aún sin ser derrotado. Como una semana atrás en la Copa Argentina, el conjunto de Diego Aguirre queda afuera de la competencia que más le importaba. No pudo en semifinales con el ignoto Chapecoense, el verdugo menos esperado. Da bronca porque en la serie, el Ciclón hizo muchísimo más que el elenco brasileño. Pero este juego dista demasiado de las intenciones y lo pagó caro esta noche.

Sin su conductor natural, Fernando Belluschi, expulsado de manera insólita en Chile y para colmo suspendido por dos fechas, San Lorenzo desnudó falencias a la hora de la creación. Sobre llovido mojado, el DT azulgrana regaló la primera parte con un planteo por demás timorato donde incluyó entre sus filas al cada día más resistido Mathías Corujo. Cuando se jugó el todo por el todo, en el complemento, el Ciclón presentó su mejor versión. Lo tuvo Emmanuel Mas luego de un centro pero su cabezazo se estrelló en el poste.

Obligado por la necesidad de conseguir un milagroso gol (que jamás llegaría) “La Fiera” se la jugó con lo poco o mucho que tenía. Y casi se queda con la victoria cuando en el descuento Angeleri remató a quemarropa para la contención del arquero Danilo quien salvó sobre la línea de forma poco ortodoxa. La pitada final castigó a San Lorenzo y catapultó a Chapecoense en la final de la segunda competencia en importancia del continente. El Ciclón tenía la mesa servida y con una desatención en la ida hipotecó su suerte, más bien su desgracia. Lo que días atrás pintaba para un final de año prominente, de a poco comienza a ser golpeado por la realidad. Se acabó lo que daba en la Copa Argentina y esta noche en la Sudamericana. El balance es positivo pero queda esa sensación de que se podía avanzar en ambos frentes. Un consuelo que no alcanza, lógicamente.