¡Vení, vení, cantá conmigo!

Con viento a favor tras un fin de semana donde acortó distancias con el único líder, el Ciclón del Pampa Biaggio tenía la posibilidad de seguir prendido en la lucha por el título. Pero para ello debía superar un complicado escollo como él Argentinos que Gabriel Heinze regresó a Primera en la última temporada.

Y a pesar de que tuvo un irregular primer tiempo en el que mostró una llamativa cantidad de errores en la última línea, en especial aquellos que tuvieron como protagonistas a los centrales Gonzalo Rodríguez y Matías Caruzzo, en la primera aproximación sobre el arco de Argentinos, la mandó a guardar. Iban apenas 10 minutos cuando Nico Blandi tuvo que empujarla al gol tras un rebote de Lucas Chaves luego de un cabezazo a quemarropa del todoterreno Paulo Díaz.

A pesar de todos los pronósticos y con el triunfo parcial en el bolsillo, el Ciclón se excedió en equivocaciones y le permitió a la visita arrimar peligro con excesiva frecuencia. Y aunque Argentinos siempre careció de efectividad, con el correr de los minutos se animó y coqueteó con una igualdad que jamás llegaría en el capítulo inicial. Para colmo se quedó sin Ezequiel Cerutti, reemplazado por el siempre movedizo juvenil Nahuel Barrios, sin dudas una de las joyas de la cantera.

El complemento comenzó de la peor manera: con un penal en contra luego de una mano grosera (e infantil) de Caruzzo. Pena máxima que Braian Romero desaprovechó (por suerte) al mandarla por encima del travesaño. 

Daba la sensación de que el partido no estaba resuelto en absoluto. Desatenciones propias y méritos rivales lo avalaban. El jogo bonito de Fernando Belluschi y Facundo Quignón no alcanzaban para cerrar una historia que pintaba compleja. Pero más allá del pronóstico incierto, San Lorenzo se puso el overol y se arremangó los tamangos cuando hizo falta, ingredientes indispensables para quedarse con un triunfo que se festejó por lo costoso que fue.

Volvió a ganar el Ciclón del Pampa Biaggio y le mete presión a Boca que dejó su invicto y mañana tiene una difícil parada en Arroyito. Pero eso es problema de ellos, por estos lares, la felicidad es azulgrana. Por eso te digo, cuervo, ¡vení, vení, canta conmigo!