Táctica y estrategia

¿A qué jugó San Lorenzo en el Clásico? Habitualmente Edgardo Bauza rechaza cualquier cuestionamiento que se le haga a sus planteos. Muchas veces con sorna y otras con algo muy parecido a la soberbia. Pero vayamos al análisis del planteo del partido jugado en el Ducó, frente al tradicional rival.

San Lorenzo presenta siempre su doble 5 como estandarte, uno de los mejores del campeonato, al menos distinto. Porque no juega como tradicionalmente lo hacen en otros equipos, a lo ancho del campo, sino que los planta uno por delante, Ortigoza, y otro más retrasado -Mercier- delante de los centrales.

Ayer, además, colocó dos laterales volantes, Blanco que se cerraba a la hora de atacar, pero retrocedía con San Román, (un jugador mediocre que pasó por nuestro club), y por el otro lado, a Villalba ben abierto para ganar en velocidad por detrás de Arano, (que agregar de este jugador que no se haya dicho antes), pero con la obligación de acompañarlo en la trepada por su lateral. Planteadas así las cosas, Domínguez presentó un cuadrado en el medio con Vismara y Bogado -más retrasado-, y Toranzo y Montenegro más adelante. Con clara superioridad para el local, porque era dos-uno con Orti y lo mismo con Mercier.

Los dos de punta de San Lorenzo muy aislados (y controlados) no podían con la marca escalonada, haciendo casi imposible los previsibles (y ya cansadores) bochazos para el pivoteo de Matos. Si bien esto implicaba la pérdida del control de la pelota, sólo les permitía tirarle pelotazos a Abila, porque Mas se lo deglutió al desubicadito Espinoza.

Observado esto, en el segundo tiempo el DT del Ciclón decidió retroceder a Cauteruccio a la mitad, con lo cual logró un poco más de equilibrio en la mitad, pero dada la falta de oficio del goleador de San Lorenzo, todo terminó con doble problema: mal juego y salida del uruguayo (con bronca notoria del jugador) y el aislamiento de Matos arriba.

Cuando entró Rolle provocó las jugadas más claras del partido, no porque sea un crack, sino simplemente porque jugaba mano a mano en dupla con Blanco frente a Vismara-Bogado. Además esto, soltaba a Ortigoza con lo que puede implicar la pelota en los pies del mejor volante del fútbol argentino.

Pero eso duró sólo 4 minutos. Hasta que Torrico le regaló (por enésima vez) un palo a Toranzo, y el ex River terminó aprovechando gustoso.

Quedaban 17 minutos, pero una planchazo infantil e innecesario de Buffarini nos dejó con 9. Porque el hueco dejado por él provocó la salida a destiempo de Caruzzo, mano y segunda amarilla. Además, dos bajas para el clásico con Racing. Negoción.

El resto, fue hacer pasar el tiempo con un susto grande cuando Díaz se pasó buscando la pelota y Matos no lo pudo aprovechar.

Esta vez no hubo milagro. Entiendo el planteo frente a Boca en la Bombonera, ¿pero frente al los últimos y más goleados equipos del campeonato? Seamos San Lorenzo.