Santísima Trinidad

San Lorenzo se floreó ante el humilde Arsenal de Caruso Lombardi y lo goleó por 3 a 0. Los tantos fueron señalados por Blanco, Cauteruccio y Curbelo, en contra.

Después de un par de fechas en las que las sendas igualdades lo privaron de la punta, finalmente apareció el San Lorenzo contundente que tanto aguardábamos. Tan sólo alcanzaron 10 minutos para marcar dos veces en el arco de Arsenal y así regular el resto del partido. Primero fue Sebastián Blanco el que la empujó en la línea y abrió el marcador, luego Martín Cauteruccio quien definió con sutileza (al mejor estilo del legendario Romario) y con la punta del botín dejó en ridículo a Andrada para decretar el 2 a 0 azulgrana.

Con el correr del tiempo el Ciclón no sólo justificó la ventaja sino que hasta pudo incrementar la diferencia. Sin embargo, un par de veces se lo negaron a Kalinski cuando Enzo se disponía a ajusticiar al portero del Arse.

El capítulo decisivo se desarrolló con el mismo argumento, a pesar de que los de Sarandí intentaron dejar -al menos- una imagen decorosa en el Bidegain. Blanco pudo definir el pleito de manera prematura pero una vez optó más por patear al bulto en vez de hacerlo con frialdad. No obstante, al rato llegaría el tercer gol del Ciclón cuando luego de un centro atrás el mismo Blanco le dio de primera y su remate encontró la pierna de Curbelo quien de manera involuntaria batió su propio arco.

San Lorenzo seguía comandado las acciones, siempre con el arco de Andrada como objetivo irrenunciable. Con Barrientos en cancha desde el epílogo de la primera etapa y los ingresos de Ortigoza y Verón, el conjunto de Bauza reguló a voluntad y hasta se dio el lujo de arrancar aún más aplausos.

Ni la astucia del bien recibido Ricardo Caruso Lombardi ni la vergüenza deportiva de la gente del Viaducto habían tenido espalda para soportar el aluvión del Ciclón que volvió a demostrar por qué es protagonista del multitudinario torneo argento. Si los once del Patón se lo hubieran propuesto, el marcador habría sido mucho más holgado. Nunca hubo equivalencias entre uno y uno, máxime con el gran nivel de San Lorenzo quien tuvo nulas fallas en defensa y un poderío ofensivo envidiable.

No exagero si digo que el Ciclón jugó un partido a la perfección, más allá del pobre rival que prácticamente no opuso resistencia. Lo que jugaron Buffarini, Yepes, Villalba, Blanco quizá opaca un tanto las actuaciones del resto, pero no puedo dejar de mencionarlo. ¡Cómo habrá sido la actuación del equipo que hasta el mismo Barrientos (muchas veces criticado por su falta de entrega) esta vez se destacó, y mucho! De hecho, el Pitu tuvo el póker de goles en su izquierda mediante un tiro libre; pero el ángulo donde se unen travesaño y poste, se lo impidió.

Luis Álvarez se apiadó de la visita a cuando se cumplió el tiempo reglamentario dio por finalizada la función. San Lorenzo reapareció y con todo su esplendor. Con esta victoria entierra el descontento que dejó en Santa Fe días atrás. El Ciclón copó Oltra vez la cima y trasladó la presión a los que ahora miran desde abajo…