Tal como mandan la historia y las estadísticas, San Lorenzo le ganó 3 a 2 a Vélez en el Bajo. Blandi, Buffarini y Matos anotaron los tantos del Ciclón. Toledo había puesto al Fortín en ventaja y Pavone igualado transitoriamente.
San Lorenzo no se apichonó en la difícil y superó una prueba que exigió una demostración de carácter. No sólo porque se encontró en desventaja desde los 8′ de la primera parte luego de una contra fulminante que condujo Toledo y que Alvarenga concretó, también debió sobreponerse a un desconcierto generalizado del equipo.
Vélez se posicionó de manera inteligente en las adyacencias de Franco Mussis y presionó la salida del Ciclón. Con esta supremacía territorial provocó frecuentes desacoples defensivos en el fondo azulgrana que (sin embargo) siguió yendo al frente con enjundia. Pero de a poco San Lorenzo se estabilizó en el partido y arrinconó a la visita sobre las inmediaciones de Alan Aguerre. Desde el juego atildado de Néstor Ortigoza, secundado por Leandro Romagnoli y Fernando Belluschi, el conjunto de Pablo Guede comenzó a encontrar espacios y a generar situaciones de riesgo. En la más clara, el “Pipi” le sacó la primera capa de pintura al travesaño tras un excelso tiro libre desde la media luna. El gol estaba al caer y era la consecuencia lógica de un único equipo que estaba en la cancha y otro que aguantaba como podía.
Parafraseando al saber popular, los delanteros suelen ser como el Sol: aunque no los veamos, siempre están. Y Nicolás Blandi no fue la excepción. Mojó en la goleada y humillación ante Boca en la Supercopa Argentina, por duplicado en Bahía Blanca el pasado martes y esta tarde volvió a decir presente. Tras una jugada colectiva, Buffarini mandó un centro y Blandi facturó de tijera ante la mirada atónita de Aguerre quien no pudo hacer nada. Golazo y me quedo corto. Con el 1-1 se fueron al descanso, el empate había llegado en el momento justo.
San Lorenzo salió dormido a jugar la parte final y demostró algunas desinteligencias que pudieron costarle demasiado caro. No obstante, Torrico dio la cara una vez más por sus compañeros y el resultado no se modificó. Cuando San Lorenzo empezó a meter -otra vez- a Vélez en su propio campo, el Fortín lo sintió y encontró en las infracciones la única vía potable para detener las embestidas del Ciclón. Toledo debió irse a las duchas antes de tiempo tras un golpe a Buffarini. Pero Beligoy hizo la gran Poncio Pilatos y amonestó a ambos jugadores. Este desatino del juez hizo que en la siguiente jugada, Vélez sí se quedara con diez hombres y fue cuando Cufré recibió su segunda amarilla.
A esta altura del match, Guede había movido el banco y puesto más intensidad ofensiva y recambio al meter a Blanco y a Cerutti por Romagnoli y Ortigoza, respectivamente. Si a esto le sumamos la actitud “guedista” de ir al frente y en superioridad numérica, el combo a San Lorenzo le cerraba. ¡Y cómo!
Cuando Nico Blandi se disponía a anotar el 2-1, pareció que Cubero lo derribaba en el área y el Poroto también vio la roja. Penal que Buffarini cambió por gol. No obstante, la celebración y el festejo del cordobés duró nada puesto que en un avance de Vélez, Beligoy le cobró mancha en un quite y lo volvió a amonestar. San Lorenzo ganaba 2 a 1 pero se quedaba con 10 jugadores contra los 9 del Vélez.
A los 35′ del complemento, Pavone se encontró con un regalo en el área y anotó el 2-2 tras un centro de Toledo. Pero Guede tiró aún más carne en el asador y se jugó su último pleno con Mauro Matos. Y el “Viejo” Mauro no lo defraudó. Después de que Nico Blandi sacará a pasear al arquero Aguerre, lanzó un centro que Matos de cabeza, ¡cuándo no!, mandó a la red para desatar la algarabía contenida de la multitud que copó el Bidegain. Era el 3-2 y en definitivo el que sentenció el partido, el resultado más justo que podía ornamentar este emocionante partido que tuvo de todo.
