¡Qué feo que es perder con Mar del Plata, qué mala pata!

De la primera parte no se pudo rescatar demasiado. El partido fue aburrido por donde se lo mire, más allá de que las mejores acciones estuvieron de parte de un Ciclón remendado y con algunas ausencias que se sintieron, y mucho. Sin Belluschi ni Ortigoza, tampoco Merlini, a San Lorenzo se le cerraron los argumentos para la creación y debió apelar a los arrestos individuales, llámese desbordes de Cerutti o toqueteo intrascendente, a la hora e acercar peligro hacia el arco del Tiburón. La visita, por su parte, intentó no meterse en su propio campo y asumir una actitud defensiva, no obstante careció de ideas para molestar a Nico Navarro.

En la segunda mitad, el panorama no cambió, al contrario, San Lorenzo empeoró. Para colmo y tras la enésima vez que le ganaron la espalda a Corujo llegó un córner y de allí el gol de Aldosivi, equipo que venía con siete derrotas consecutivas y cinco encuentros sin anotar.

Ya estaban en cancha Romagnoli y Nahuel Barrios y a partir de ellos el Ciclón adelantó sus líneas en búsqueda de un empate que no servía para nada. Pero su predominio no fue tan intenso para pensar siquiera en un sprint final con remontada incluida. No obstante, siguió avanzando más por inercia que por convicción.

Después de seis victorias al hilo entre torneo local y Libertadores, San Lorenzo perdió ante Aldosivi y dejo más dudas que certezas. Es cierto que cumplió su objetivo propuesto de avanzar a Octavos en la competencia continental más importante y que aún sigue en puestos clasificatorios para la próxima edición. Pero para las estadísticas quedarán que se perdieron tres unidades vitales para seguir en carrera por el título, justamente ante uno de los peores equipos del fútbol argentino. Vuelta de hoja y a esperar el partido en Avellaneda frente a Racing. Lo de hoy fue muy flojo, para colmo terminó en derrota.