Nicolás Frutos: “Gaich tiene potencial futbolístico e intelectual muy bueno”

Nicolás Frutos es oriundo de Santa Fe, pero lleva mucho tiempo arraigado en Europa, más precisamente en Bélgica, país jugó los últimos cuatro años de su carrera y es uno de los ídolos del Anderlecht. La pandemia por el COVID-19 azotó primero al Viejo Continente pero lo pero ya pasó. “Se vivió una cuarentena parecida a la que se esta llevando a cabo en Argentina”, nos cuenta el jugador surgido en Unión, al tiempo que asegura que “desde hace diez días que se fue liberando bastante la situación. Pero llegamos a estar en el puesto número 17 ó 18 en cuanto a cantidad de casos en el mundo, siendo el país con mayor índice de muertos por cantidad de habitantes, pero que por suerte el sistema de salud nunca se vio sobrepasado”.

Frutos vistió la camiseta azulgrana en 26 oportunidades donde marcó 4 goles. Sobre su paso por San Lorenzo quedará el recuerdo de haber conquistado la Copa Sudamericana 2002 de la mano de Rubén Darío Insúa. Al respecto comentó: “Tengo los mejores recuerdos de San Lorenzo y un agradecimiento al club, por la paciencia que tuvieron conmigo. Es complicado muchas veces para un chico que estaba haciendo sus primeras armas, pero fue un paso muy importante en mi carrera y lo recuerdo de manera permanente”.

En aquellos tiempos, el delantero había tenido la posibilidad de ser vendido, pero Insúa negó su salida. A raíz de esta situación, contó una infidencia que tuvo con el entrenador: “Había tenido un muy buen arranque, pero la vida te cachetea. Luego de ese primer semestre, me lesioné y nunca me pude reponer de esa situación. En ese momento hablé con Insúa y le expresé mi frustración de no tener más minutos, ni haberme podido ir. Él me dijo: “¿Vos te das cuenta lo que me estás preguntando? ¿Cuántos partidos jugaste, cuántos goles hiciste y cuál fue tu rendimiento? A lo que le conteste que tenía razón, pero nunca tuve la capacidad de hacer una lectura que me sirviera para aprender lo que me quería decir”.

A sus 28 años, en marzo de 2010, Nico Frutos decidió colgar los botines debido a una serie de lesiones, pero al poco tiempo tuvo su primera experiencia cuando se transformó en el entrenador de la Reserva de Unión. En ese equipo del Tatengue le tocó dirigir estaban los hermanos Pittón, y al respecto expresó: “Se notaba que tanto Mauro como Bruno eran muy interesantes desde lo humano, más allá de lo que daban desde lo futbolístico y se merecen todo lo que les esta pasando. Una vez de visita Santa Fe, me lo crucé a Mauro, ya el siendo jugador de Primera, volviendo del entrenamiento en bicicleta. Algo que sin dudas lo describe”.

En el último mercado de pases, Adolfo Gaich estuvo muy cerca de emigrar al Brujas de Bélgica. Frutos sabe lo que es vestir la camiseta azulgrana y conoce muy bien la liga belga, por eso es palabra autorizada para aconsejar al cordobés, quien por ahora sigue en Boedo: “Si él confirma lo que amenaza y lo que esta mostrando en sus inicios, el fútbol argentino es un escenario muy bueno para Gaich. El fútbol belga es una plataforma inmediata para el crecimiento del futbolista. Podría tener una exposición muy importante para saltar a otra liga o podría quedarse muchos años en Bélgica como les ha pasado a muchos. Adolfo tiene un potencial futbolístico e intelectual muy bueno”.

Sabida es la locura que genera en el exterior el fútbol argentino, por su pasión en las tribunas, entre otros aspectos. Tan conocida es el público azulgrana a nivel global que sobre eso Frutos también recordó una anécdota: “Tengo un amigo belga, Giullame Gillet, que empezó a mirar fútbol argentino por mí y por Lucas Biglia, y se terminó haciendo hincha de San Lorenzo, miraba los videos y se sabía todas las canciones. Lo llamé a Marcelo Tinelli, le conté y le dije que quería jugar en el club, y él me dijo que le encantaba la idea, pero no fue posible su salida del club en su momento”.

Para finalizar la entrevista, Frutos habló de su función actual dentro del fútbol y no deslizó su intención de volver un día a San Lorenzo desde otro lugar: “Me encantaría gestionar el área deportiva que envuelva la visión de gestión de un club. En Europa es algo más común esta labor y fui nombrado Director de Performance, donde realicé toda la modificación infraestructural del centro de entrenamiento para subir varios escalones. Creo que algo que en el fútbol argentino se puede marcar un punto de partida para que se recuperen dividendos de lo que se fabrica”.

Mirá la nota completa acá: