Ni siquiera con la historia...

Cuesta aceptarlo porque duele, pero es así. Otra derrota en fila y la punta que alguna vez fue nuestra cada semana se nos escapa aún más. ¿Por qué volvió a perder San Lorenzo? Porque por enésima vez dio ventajas en defensa, y una vez más su rival se lo hizo pagar caro. Porque por más que el Ciclón haya salido a plantar bandera desde el arranque, sus falencias le jugaron en contra. Boca había avisado en un par de ocasiones y tras un sinfín de pelotas paradas y el fondo azulgrana no había respondido en consecuencia, hasta que casi en el epílogo de la primera mitad Lisandro López anticipó a todos, en especial al siempre estático Nicolás Navarro, para poner al Xeneize 1 a 0 en el marcador. Baldazo de agua glacial, desde luego, pero un castigo merecido ante la nula respuesta de la defensa frente a cada avance de Boca.

Pese a las buenas intenciones del tridente paraguayo -los hermanos Romero y Bareiro- y el despliegue de Menossi, principalmente, San Lorenzo se iba al descanso abajo en el resultado, no sólo con la preocupación de revertir el curso del juego en sí mismo sino también con la de dar una muestra de dar de carácter en un partido que pintaba chivo.

Y en la segunda mitad fue y fue al frente, chocó sistemáticamente contra Andrada y la defensa de Boca. Y la visita se animó, esperó sus chances y cuando las tuvo sentenció la historia como en aquella en la que el venezolano Hurtado señaló el 2-0.
Flojo encuentro de San Lorenzo que sufrió nuevamente la ausencia de Fabricio Coloccini, pero que además careció de vergüenza para dar vuelta una historia que se tornó compleja por propias fallas, y que tampoco encontró respuestas desde el banco de suplentes. Porque los partidos se ganan en la cancha, pero también en las decisiones del entrenador, en especial a la hora de poner el equipo titular, los suplentes y al hacer los cambios. Otra vez, quedó en claro que a San Lorenzo le afecta, y eso le cuesta puntos…