Mucho Mas que una victoria para seguir en carrera

Con lo justo y sin sobrarle nada, San Lorenzo le ganó 2 a 1 a Racing y sigue al acecho de Boca. Los goles del Ciclón fueron marcados por Mauro Cetto y Emmanuel Mas. Había igualado de manera transitoria, Iván Pillud.

San Lorenzo y Racing habían dejado deudas pendientes en la Copa Argentina y a las pocas horas debían volver a verse las caras con la premisa de saldarlas. El Ciclón, apremiado por la polémica victoria de Boca ayer, no podía darse el lujo siquiera de resignar puntos en el camino. Por el lado de la Academia, era su última oportunidad de subirse a un tren que ya se le había ido pero que al menos las matemáticas – y su próximo compromiso ante el único líder- le daba una vida más. Todos estos antecedentes se vieron reflejados en la cancha donde San Lorenzo y Racing protagonizaron un  partido muy caliente.

La primera mitad fue del conjunto local quien asumió la iniciativa desde el vamos. Con un interesante juego colectivo y líneas cortas, el Ciclón arrinconó a la Academia e hizo prematuros méritos para ponerse en ventaja. Y tanto fue que tras un tiro libre excelso de Martín Cauteruccio (la figura de la cancha), Saja dio rebote, el balón pegó en el travesaño; el rebote lo capitalizó Cetto sobre la línea para decretar –de cabeza- la apertura del marcador. En ventaja, los del Patón justificaron aún más el triunfo y marcharon a los vestuarios para el descanso.

En el complemento, Racing adelantó el equipo y ahogó al Ciclón que se replegó peligrosamente hacia Torrico. El Cóndor debió intervenir en varias oportunidades para conservar el arco y las ilusiones azulgranas intactas. Daba la sensación de que San Lorenzo estaba tocando fondo en cuanto al combustible, tal como indica su DT. Tras un córner, Pillud le pegó de volea y empató el partido. Era un baldazo de agua helada para la multitud que copó el Bidegain. Sin embargo, de la nada y más allá de toda lógica, Cauteruccio cambió de roles con Mas y asistió al sanjuanino quien -ante la salida de Saja- anticipó y decretó el segundo gol azulgrana. Locura, emoción, festejo desmedido y un sinfín de reacciones tras el 2-1.

La Academia fue por más con un tridente ofensivo integrado por Milito, Pavone y Bou, nada menos. Pero el designio celestial ya estaba establecido e indicaba que esta noche San Lorenzo debía ganar, como fuera pero debía hacerlo…