¿Hasta cuándo, Pampa, hasta cuándo…?  

Daba la sensación de que era todo demasiado bueno para ser real, sin embargo en un abrir de ojos volvió todo a la normalidad. Tras unl primer tiempo donde San Lorenzo lo había jugado casi a la perfección, más allá de preservar nombres para el partido del miércoles por Copa Argentina ante el poderosísimo Temperley, equipo que dembula de mitad de tabla para abajo en la B Nacional. Ironías al margen, el equipo azulgrana y la disposición táctica rondó la efectividad desde la solidez defensiva y gracias a las rápidas salidas desde el fondo que se tornaron en peligrosas contras. Desde allí, el Ciclón avisó con un zapatazo de volea de Elías Pereyra que Javier García sacó tras un córner, y llegó al gol luego de una jugada colectiva que Nicolás Reniero la mandó a la red a instancias del arquero de Racing. Con más orden e inteligencia, San Lorenzo había borrado de la cancha al líder de la Superliga. Era justo y hasta daba la sensación de que con una exigua diferencia.

No obstante, la estantería se vino abajo en apenas 15 segundos, al inicio del complemento: con Germán Berterame y sin Reniero, su mejor hombre, debido a dolencias musculares y con un yerro de Senesi al pretender despejar, Lisandro López encaró a Navarro y señaló el empate transitorio para dejar el juego empardado.  

A partir de allí, todo fue de la Academia que arrinconó al Ciclón contra su propio campo. Gran parte de ello se debió a las decisiones de los entrenadores a la hora de improvisar sobre la marcha y a la hora de elegir los cambios. Y en ese rubro, el que mejor optó fue el entrenador de Racing, Eduardo Chacho Coudet, a diferencia del Pampa Biaggio que confió una vez más con la insulsa entrada de Ariel Rojas por Pereyra. Ya estaban Pol Fernández y Gustavo Bou en cancha y desde los pies del primero el local se puso en ventaja cuando probó desde afuera del área y clavó el 2-1 con un tiro esquinado. Quedaba tiempo de sobra pero San Lorenzo ya no tenía argumentos ni intérpretes para dar vuelta la historia. Se le había ido el tren y no se había subido, y en el fútbol de hoy eso se paga demasiado caro.

San Lorenzo volvió a perder, es una derrota muy dolorosa, mucho más por las circunstancias cómo se dieron los acontecimientos. Su DT priorizó los cuartos de final de otra competencia ante un rival del Ascenso, en un innegable manotazo de ahoga para ver si puede picotear al menos un premio consuelo, en un año para el olvido. Gracias a sus determinaciones el equipo dilapidó casi todo lo que jugó, y esta mañana no fue la excepción. Salió a no perder y aunque tuvo viento a favor y todo para ganarlo, una vez más se quedó con las manos vacías. ¿Hasta cuándo, Pampa? ¿Hasta cuándo?