El "Mago" Silvio estrenó Truccos en Mendoza

Que Silvio Trucco condicionó el normal desarrollo del partido, no caben dudas. Si bien las polémicas y aquellas jugadas que determinaron el empate llegaron en el complemento, hubo situaciones ocurrieron a lo largo de todo el partido. 

Las repasamos:

Primer Tiempo:

?Codazo en la garganta a Cauteruccio. Debió haber sido penal para San Lorenzo y expulsión para el defensor del Tomba. Ni una ni otra cobró el juez.

Segundo Tiempo:

?Expulsión de Caruzzo por doble amarilla. Una exageración del árbitro que al sacársela echó al central azulgrana quien había sido amonestado en la primera parte

?Expulsión de Barrientos. Si bien al Pitu se le salió la chaveta (una vez más y van…) y tiró manotazo en la cara, pareció exagerada la decisión. En la jugada previa (la que generó la reacción de Barrientos) hubo infracción al tobillo del volante que Trucco ignoró.

?Penal de Buffarini: Zuqui ingresó al área, el León se arrojó al balón, lo despejó y cayó el volante del Tomba. El juez, en otra decisión controvertida, señaló el penal que derivó en el empate de Godoy Cruz.

En síntesis, una paupérrima actuación de Silvio Trucco quien ya había dirigido a San Lorenzo este año en el Pedro Bidegain. En aquella oportunidad el Ciclón goleó a Lanús 4-0. Casualmente Trucco había cobrado un penal para el conjunto Granate (a los 40 segundos del PT) que Torrico le atajó a Víctor Ayala. Aquella noche de marzo, el árbitro también había expulsado a un jugador de San Lorenzo: a Matías Caruzzo. ¿Casualidad o causalidad?

Un estadio mundialista como el “Malvinas Argentinas” devenido en un potrero tras el partido de anoche de Los Pumas frente a los Wallabies, en el que se clausuraron tribunas para impedir el ingreso del público neutral cuando otros clubes sí habían podido llevar simpatizantes. Detalles no menores que exceden la cuestión futbolística pero que dan la pauta de que tener arriba a San Lorenzo sigue molestando.

Teléfono dirigentes, este robo a mano a armada a expensas de los inmediatos competidores ya lo conocemos. No permitan que nos vuelvan a meter la mano en el bolsillo.