Derrota, eliminación y cada vez más dudas

La constante Dabove volvió a hacerse realidad: desde el inicio hasta los 15 minutos San Lorenzo presionó bien arriba y con intensidad, no dejó jugar al rival y hasta tuvo dos situaciones de gol, entre los 15 y los 20 empezó a desdibujarse para convertirse en lo que viene mostrando y generando los últimos resultados.

La falta de actitud, intensidad, diálogo y hasta de nociones básicas del fútbol se notan y mucho, principalmente en el error de Jalil Elías y Diego Rodríguez que decantó en la apertura del marcador en favor de Defensa y Justicia. Luego de eso, volvió a pasar lo mismo que desde hace meses: el equipo no se repone del palazo y se arrastra en la cancha, casi dando por perdido el encuentro ante la primer negativa.

El segundo tiempo inició con dos cambios realmente inexplicables: se retiraron Juan Ramírez y Ángel Romero para que ingresen Franco Troyansky y Uvita Fernández. Si bien a lo largo del complemento el equipo empujó, el rival se metió atrás y no le dejó a San Lorenzo otra opción que tirar centros, mayoritariamente a la tribuna o a las rodillas de los defensores del Halcón. En el momento en el que Herrera parecía estar calibrando la mira, el entrenador lo sacó para poner a un Peruzzi que sigue sin dar la talla. Óscar Romero, el único que quedaba en el banco que podía cambiar la ecuación con alguna pincelada, no vio minutos y en una contra, tras un fallido cierre de Braghieri, el equipo de Beccacece sentenció la historia ante un Devecchi que esperó el tiro prácticamente arrodillado.

El Ciclón ya tiene una competencia menos, está complicado en la Copa de la Liga en la que tendrá que visitar al durísimo Estudiantes de La Plata el próximo lunes. Si bien la serie con Santos aún está lejos, la ilusión se va apagando y las dudas florecen: ¿A qué juega San Lorenzo? ¿Para qué está este equipo?