Debut e igualdad azulgrana en La Feliz

Polémico, emotivo, vibrante, algunos calificativos para describir el debut de San Lorenzo en el 2017 donde desde el vamos se vio perjudicado por el vergonzoso arbitraje de Mauro Vigliano. Al minuto, Ortigoza amonestado, al toque un penal mal sancionado al colombiano Pérez por una supuesta falta del propio Gordo que no existió y que Gago cambió por gol desde los doce pasos. Sobre llovido, mojado, la salida prematura de Belluschi y el ingreso de Merlini ante un Boca que seguía manejando el balón. Solís y Benedetto pudieron aumentar la diferencia pero se devoraron sendas inmejorables ocasiones. De a poco, San Lorenzo comenzó a encontrar el juego y a hilvanar alguna arremetida ofensiva, por ejemplo en la que derivó en el empate tras un centro de Cerutti y la definición perfecta de Blandi de cabeza. El gol del Nico llegó en el momento ideal y consolidó la marcada paridad con la que se cerró el capítulo inicial.

En la segunda mitad, San Lorenzo empezó más filoso y golpeó nuevamente, esta vez mediante un contrataque de manual finalizado por una corrida y posterior disparo de Merlini. Pero no pudo cerrar el partido y Boca se lo sacó del buche tras una buena combinación de Bou. En la más clara, un centro atrás de Ávila dejó sólo a Cerutti quien falló a instancias de un Werner batido y la mandó al lado del poste. Era el triunfo, era la lógica paternidad ante los Xeneizes.

Igualdad en La Feliz en un cotejo que no deja demasiado para analizar justamente por tratarse del primer ensayo en sociedad. Los de Aguirre, el viernes tendrán su segunda prueba de fuego ante Estudiantes, en un encuentro en el que tal vez el DT les de minutos a otros nombres. Ante Boca, el Ciclón aprobó más por carácter que por fútbol. Debe mejorar, es cierto, pero esto recién comienza y el crédito continúa abierto.