Debut, derrota y decepción en el Sur

No fue suficiente el vergonzoso baile que nos propinó Lanús ante un Monumental de Núñez colmado de hinchas sanlorencistas. Ni siquiera el cambio de timón tras la inesperada salida de Pablo Guede y el arribo de un entrenador supuestamente más equilibrado como Diego Aguirre. El equipo sigue sin aparecer más allá del avance a Cuartos de Final de la Copa Argentina frente a rivales de menor fuste y valía.

Ante Banfield, el Ciclón volvió a dar ventajas en el fondo y lo pagó demasiado caro. De hecho se fue al descanso 0-2, consecuencia de dos desatenciones en la última línea. De arranque facturó un tal Rodríguez quien cabeceó en el área chica como si estuviera por la 9 de Julio en enero. ¿Perdió la marca Corujo? ¿Estaba destinado a alguno de los centrales? Más allá de este “detalle” no menor, lo cierto es que el jugador del Taladro la mandó a guardar y decretó la apertura del marcador. Iban apenas 5 minutos de la primera mitad, todavía no se habían acomodado y ya estábamos perdiendo.

Cuando San Lorenzo salió la cabeza del agua y hasta hizo merecimientos para lograr la igualdad, el local volvió a golpear. Fue en una jugada polémica en la que Mas quiso salir jugando y de manera fortuita tocó el balón con la mano. Esa jugada derivó en un tiro libre que Brian Sarmiento se encargó de ejecutar –y de concretar- ante la llamativa pasividad del Cóndor Torrico. 2 a 0 para Banfield, si había que remar en dulce de leche, para colmo era repostero…

El complemento fue exclusividad de San Lorenzo, que (a pesar del desorden y la falta de ideas) justificó al menos una hipotética reducción en el tanteador final, circunstancia que jamás se capitalizó. Se lo devoró el egoísta de Cauteruccio, delantero que no está con la pólvora mojada, directamente ya la tiene extinta, tras una patriada de Corujo. Cuando el uruguayo pudo revertir la imagen, un ex de la casa como Prósperi salvó sobre la línea una caída segura de la valla del Taladro.

San Lorenzo debutó en la presente edición de la Copa Sudamericana, la más importante de las tres actividades que deberá afrontar en esta parte del año. Paradójicamente lo hizo de la peor manera y quedó casi con un pie afuera de la competencia. El equipo no está y más allá de Ortigoza, no hay más jugadores que los que estuvieron en cancha. Como indica el GPS, ¿será momento de recalcular? ¿Habrá que mover algunas piezas de un andamiaje cada día más vetusto e inservible? En manos de Diego Aguirre están éstos y otros interrogantes. Entre la tristeza y la preocupación repaso los errores (y horrores) que cometió el Ciclón esta tarde-noche en el Florencia Sola y sigo sin comprender lo que ocurrió. Encima me pregunto: ¿Habrá posibilidad de revertir esta situación?